André Chervin, de artesano parisino a artista de la alta joyería internacional.
Lámparas en miniatura ensartadas con diamantes y rubíes, animales y plantas de oro con esmeraldas: André Chervin empezó como tallador de piedras preciosas en París antes de recalar hace 70 años en Nueva York, donde se convirtió en maestro joyero, cuyos trabajos expone por primera vez a sus 95 años.
Nacido en 1927 en París, fundó en el corazón de Manhattan en 1954, tres años después de emigrar a Estados Unidos, el taller Carvin French, junto con el aprendiz de joyero francés Serge Carponcy.
Desconocido para el gran público, Chervin es, en cambio, venerado por sus clientes: la alta joyería de lujo que representa Tiffany and Co., Van Cleef and Arpels, Cartier, Bulgari, Verdura o Asprey.
Formado en la Alta Escuela de Joyería de París, este judío laico ya retirado se convirtió entre los años 1950 y 2010 en el maestro de joyeros y artesanos admirado por sus pares.
Alejado de las mundanidades, Chervin fue «modesto y humilde», dice a la AFP su hija Carole Chervin, que dirige junto con su primo Sylvain Chervin, el taller Carvin French.
«Historia de éxito neoyorquina»
Por primera vez, medio centenar de piezas únicas de joyería y artes decorativas se pueden contemplar en una exposición excepcional en la New York Historical Society («Imaginación encantada: Los objetos de arte de André Chervin y Carvin French») del 8 de septiembre al 17 de marzo de 2024.
Pese a su historia de «éxito neoyorquina», el anciano, que cumplirá 96 años en noviembre, no quería exponer sus joyas, dice su hija.
En un comunicado, asegura que esta «colección representa el trabajo de toda una vida». Y no es exagerado ya que ha tardado cinco, diez y hasta 25 años en crear algunos de «estos objetos de arte».
Chervin está orgulloso de su libertad para decidir él mismo «qué (piezas) fabricar, cuándo y exactamente cómo las quería». «Me liberé de las limitaciones (…) como cuando se fabrica un pedido para un cliente».
«Son mis propias expresiones. Es mi arte, simple y llanamente. Es mi verdadera libertad», sostiene en el comunicado.
Joyas de las artes decorativas
Además de broches, brazaletes, anillos, adornos y pendientes o aretes de diamantes, zafiros, esmeraldas, rubíes, oro o plata encargados por Tiffany, Verdura o Bulgari, Carvin French produjo en su pequeño taller verdaderas joyas del arte decorativo.
Una lámpara de tocador, una minilámpara de noche («My Heavy Heart»), con un corazón de citrino montado sobre una carretilla de oro de 18 quilates rebosante de flores de diamantes de colores. Y una lámpara de mesilla de noche(«Rubis des Grenouilles») cubierta con una minipantalla realizada con un mosaico de 128 rubíes tallados y esculpidos son algunas de las piezas de la muestra.
También se puede contemplar un extraordinario «Racimos de fresas» de coral con hojas de nefrita y un «Pájaro que vigila su nido» formado con más de 700 finas «pajas» de oro amarillo de 18 quilates con huevos de esmeralda en una rama de plata y el pájaro esculpido en onix con el pico de coral.
Estos objetos, que han salido por primera vez del mundo privado de los Chervin en Nueva York, muestra que «André tiene una relación muy estrecha, muy impactante con la naturaleza de la que es un gran admirador», explica a la AFP la comisaria de la exposición, Debra Schmidt Bach.
La ONU de la joyería
Pero el artista, al frente de Carvin French durante 60 años, se ve antes que nada como un «director de orquesta de talentos increíbles y artesanos con un saber hacer fuera de lo común», agrega.
La clave del «éxito» de su padre, según Carole Chervin, era simplemente buscar en el «Nueva York de después de la II Guerra Mundial, convertido en centro cosmopolita en pleno desarrollo».
«Muchos joyeros estaban en París» pero Nueva York «atrajo a una ola extraordinaria de joyeros, talladores, artesanos procedentes de China, Hong Kong, Vietnam y Sudamérica (…) La verdadera Naciones Unidos Unidas de talentos como decía mi padre», dice Carole Chervin.
¿Y el futuro de Carvin French, que solo tiene un puñado de colaboradores, en un sector del lujo en plena transformación?
«La compra del negocio es posible, pero no está en la agenda», descarta Sylvain Chervin.(AFP)
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