El gobierno de Bashar al-Assad cae tras ofensiva relámpago de los rebeldes en Siria
Siria.- El gobierno sirio, liderado durante 50 años por la familia Assad, colapsó el pasado domingo en un desenlace sorpresivo provocado por una ofensiva relámpago de las fuerzas opositoras. En solo 10 días, los rebeldes atravesaron el territorio controlado por el gobierno y lograron entrar a Damasco, marcando el fin de un régimen que dominó al país durante décadas.
Confirman la salida de Bashar al-Assad del país
La televisión estatal siria transmitió un comunicado en el que se confirmó la caída del gobierno. Un grupo de hombres aseguró que el presidente Bashar al-Assad había sido derrocado, y que todos los prisioneros políticos habían sido liberados. El líder opositor llamó a preservar las instituciones del «estado sirio libre», mientras que se reportó que Assad abandonó el país a un lugar desconocido, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos.
Celebraciones y caos en Damasco
Damasco fue escenario de celebración y caos simultáneamente. Residentes corearon consignas contra el derrocado líder, mientras se escuchaban disparos y saqueos en varias instituciones gubernamentales. Soldados y policías abandonaron sus puestos, y muchas tiendas permanecieron cerradas. El aeropuerto de Damasco también fue evacuado, deteniendo todos los vuelos.
Rebeldes avanzan y toman control de Homs y otras ciudades estratégicas
La ofensiva, liderada por el grupo opositor Hayat Tahrir al-Sham (HTS), permitió a los insurgentes tomar el control de ciudades clave como Homs, Alepo y Hama. Las fuerzas gubernamentales abandonaron estas posiciones estratégicas, lo que facilitó el acceso de los rebeldes hacia la capital. El avance opositor también obligó a miles de civiles a huir hacia la frontera con Líbano, que se encuentra cerrada, agravando la crisis humanitaria.
Comunidad internacional llama al diálogo
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, urgió a iniciar conversaciones en Ginebra para asegurar una transición política ordenada. Mientras tanto, aliados tradicionales de Assad, como Rusia e Irán, enfrentan sus propias limitaciones, dejando al exmandatario con escaso apoyo internacional.