Giro histórico en Honduras: El oficialismo cae y Maduro pierde un aliado clave
Honduras marca un cambio de rumbo político trascendental tras los primeros resultados de las elecciones presidenciales, los cuales confirman una derrota irreversible para el oficialismo. La candidata Rixi Moncada, respaldada por la actual presidenta Xiomara Castro, ha quedado relegada a un lejano tercer lugar sin posibilidades matemáticas de victoria. Este desenlace es interpretado internacionalmente como un duro golpe para el régimen de Nicolás Maduro, ya que la salida del partido de Castro simboliza, según sectores de la oposición, la «liberación del comunismo» en la nación centroamericana y la pérdida de un socio estratégico para Venezuela en la región.
Con el 34% de las actas escrutadas, la atención se centra exclusivamente en una reñida batalla entre dos líderes opositores que aglutinan la gran mayoría del electorado. Tito Asfura se posiciona momentáneamente a la cabeza con el 40,72% de los votos, perfilándose como el favorito para asumir la presidencia. No obstante, la contienda está lejos de definirse, ya que Salvador Nasralla le sigue muy de cerca con un 38,78% de los sufragios, lo que mantiene al país en una tensa expectativa por cada nuevo boletín oficial.
Este escenario electoral reconfigura el mapa político de Honduras, cerrando el ciclo de la izquierda radical en el poder y abriendo una nueva etapa bajo un liderazgo distinto. Mientras el conteo avanza voto a voto entre Asfura y Nasralla, queda confirmada la voluntad de los hondureños de buscar una alternancia, dejando atrás la influencia ideológica del bloque bolivariano y centrando el futuro de la nación en las propuestas de los dos candidatos que ahora lideran la contienda.







